La maquetación de libros, como parte del Diseño Editorial, puede considerarse un arte en sí mismo, en tanto que usa y aplica conceptos estéticos propios de las artes gráficas.

 De las artes gráficas, pero ideas, tomadas, a veces y con gran sinergia, de la plástica o de la misma pintura y del grabado.

 En ocasiones, con lenguajes vecinos de la fotografía y en contacto muy estrecho con las posibilidades creativas que ofrecen las tipografías que servirán al lector como vehículo para comprender el mensaje del libro. Pero también para guiarse en el calculado flujo de letras, signos y bloques que forman los textos y que es la parte más importante del producto, y, en mucho, de su atractivo formal.

La Edición de libros no deja de evolucionar y adaptarse. En los Servicios Editoriales más comprometidos, el Diseño Editorial va más allá, cuando toma prestados conceptos de las vanguardias que las nuevas plataformas tecnológicas han divulgado como fórmulas de comunicación populares.

 Es el diseño que asalta la vista como lo hacen los libros en 3D, los que incorporan  gadgets de la electrónica como reclamos o el que se reconoce en las maneras en las que Internet ofrece la información con despliegues de color, banderas y cintillos.

Diseños originales que beben de muchas fuentes, que evolucionan, y que tienen como objetivo inmediato adaptarse a las exigencias del mercado, pero, del mismo modo, para singularizar el soporte de comunicación, que, en este caso, es un documento físico y articulado en sus partes que se compone y se retrata siempre en sus detalles.

En la esencia de todo, el Diseño Editorial propone algo aún más básico. Una primera lectura visual, atractiva y seductora dedicada al futuro lector y comprador que le permita, a su vez, interpretar su contenido, sin haberlo hojeado y ojeado; y al escritor y al editor facilitarle su venta final en espacios donde el libro, como mercadería, ha de competir por ganar visibilidad.

En el proceso de producción, mucho antes de llegar a los puntos de venta, los Servicios Editoriales cuidarán de la Maquetación de libros definiendo el proyecto y los medios para completarla.

 Y en esas definiciones, lo primero es conocer el tema central del trabajo literario y, luego, el objetivo para el que se quiere comunicar.

Definido el asunto del proyecto y la finalidad de la tarea, lo siguiente será evaluar los elementos más convenientes para componer las partes del libro de manera coherente y armónica, imbricando cada una de las piezas que forman la Edición de libros: Textos, tipografías, la Ilustración de un libro, el flujo de los contenidos, la paginación, las fotografías, los gráficos, la numeración...

 Con todos esos datos de referencia, la Maquetación de libros pasa a la fase de boceto que traslada a una perspectiva gráfica provisional lo que es el proyecto del libro en cuestión.

 A partir de ahí, y con la guía de la maqueta resultante del boceto, se reunirán todas las piezas del puzzle para terminar en la fase de pruebas en la que se corrigen los últimos detalles con lo que podría aventurarse como el libro en estado provisional.

 Enmendados los errores, verificado que está listo para imprimirse, el libro entra en máquinas y sale compuesto y listo para llamar la atención por su aspecto externo, que es el mejor vestido para casar una buena oportunidad de descubrimiento literario con la más simple y deseada rentabilidad comercial.

 Diseño Editorial, arte para vender libros sin ojear y disfrutar hojeando.